La delicadeza de Noémie

09:17



Mi primer mes en Bruselas fue un poco loco. Bueno, más que un poco, podríamos decir que no había día que tuviera estructura: Podía comer a las 12 o 4 de la tarde, podía comerme arroz congelado o intentar hacerme un buen cous-cous, podría intentar salir con un aspecto decente a la calle o ir en pijama y sandalias por la residencia (Lo sigo haciendo)...






El caso es que dejé la fotografía de lado un poco. Pero sabía que no podía perder la oportunidad de fotografiar el otoño en todo su esplendor, y me sentía bastante culpable de no estar practicando mucho francés aquí (Los Erasmus suelen comunicarse en inglés, español algunos otros y frases sueltas para reírnos un rato en italiano)  así que decidí juntar las dos cosas y fotografiar a alguna chica bruselense.







La pregunta era ¿Cómo encuentro a alguna? Como todo en la vida podemos encontrarlo en internet empecé a contactar con muuuuuuchas chicas y un martes por la mañana después de clase tuve mi cita con Noémie delante del palacio real. Las sesiones de fotos que suelo hacer con modelos son bastante cortas e intensas... Suelo pasar de saludar a un extraño a empezar a sacarle fotos a los 15 minutos.
Así trabajo yo, hay otra gente que prefiere tomar cafés, quedar antes con ellos y conocerlos en profundidad pero yo encuentro una especie de atractivo en el fotografiar a un extraño e ir conociéndolo mientras voy retratándolo.





Noémie es una estudiante de fotografía, y le dijeron que debía ponerse delante de la cámara para que sienta lo que es estar del otro lado de la lente. Era una persona muy delicada y dulce, y pegaba perfectamente con la calma de ese parque. Me escuchaba con atención y paciencia, y hasta nos llevamos alguna anécdota.




Los que me conocen pueden decir que no me callo. Nunca. Y no importa el idioma. Si solo hablara chino y supiera 3 palabras, las utilizaría en bucle con tal de no callarme para que os hagáis una idea. Entonces allí estaba yo, en mitad del Parc Royal sacándole fotos a una pobre chica que tenía que escuchar mis muchas preguntas sobre ella y mis muchas anécdotas sobre Bruselas. De vez en cuando se reía por lo que significa que tampoco lo hice tan mal.




















Mi francés hablado no es malo del todo, se hacerme entender y creo que es un buen paso... Peeero estabamos en un poste y le pedí que lo abrazara. Me miró con cara rara. Resulta que la palabra 'embrasser' que para mi era 'abrazar' significaba besar. Le estaba pidiendo que besara el poste. Pobre criatura.





Debo admitir que antes de las sesiones me suelo poner bastante nerviosa, porque soy una persona nerviosa y atolondrada por naturaleza. Pero cuando terminé la sesión y tenía una tarjeta de memoria llena de nuevos paisajes y caras supe que había valido la pena. ¡Aprovechad las últimas hojas de otoño, yo intentaré hacer lo mismo!






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1 comments

  1. No sabes como te envidio por estar en Bruselas. Me encanta como escribes, sigue asi! Un saludo

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